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AMICAL DE MAUTHAUSEN Y OTROS CAMPOS y de todas las víctimas del nazismo en España

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López Raimundo, Joaquin

López Raimundo, Joaquin

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Joaquín era el cuarto varón de los cinco hijos del matrimonio López Raimundo, de Tauste y fue en esta localidad zaragozana donde nació el 8 de octubre de 1919. La familia regentaba “un negocio de compra de cereales y venta de harina” hasta que en 1927 el padre marchó a trabajar a Zaragoza como empleado. Gregorio, uno de los hermanos de Joaquín,  se  trasladó a Barcelona en octubre de 1931, al que le siguió poco tiempo después Antonio, quien había pedido el traslado a la sucursal que el Banco Zaragozano había abierto en la capital catalana. Los hijos mayores convencieron a los padres, quienes se trasladaron a Barcelona, con el resto de la familia, a principios de 1932,  instalándose en la calle Entenza, esquina con Aragón.

Con catorce años ya cumplidos, Joaquín siguió sus estudios en el Instituto de Gracia y de mano de sus hermanos mayores, sobre todo de Gregorio, fue descubriendo el ambiente juvenil de la ciudad y sus entornos.  Joaquín entró a trabajar de aprendiz en un taller de encuadernación, cuando su hermano Gregorio se incorporó al servicio militar. El ambiente político de los años 1934 y 1935 se vivió intensamente en la casa de Joaquín sobre todo por la actividad sindical de Antonio en el seno de la Federación de Banca y Bolsa de Barcelona de la UGT. Fue en esa época cuando conoció a Francisco Boix, estudiante del Instituto Balmes quien colaboraría  junto a Gregorio en la redacción de la revista de las Juventudes Socialistas Unificadas, Juliol, entablando una amistad que se mantendría hasta la muerte de Boix. 

El inicio de la guerra tuvo repercusiones dramáticas para la familia López-Raimundo, puesto que el 21 de julio, en un control cenetista, ubicado en las cercanías de Binéfar,  murió de un tiro en el pecho su hermano Antonio quien se había trasladado, como miembro del Comité Antifascista que se había creado en Barcelona, para conocer la situación exacta de la zona, tras el triunfo de los golpistas en la ciudad de Huesca. 

Joaquín, durante los primeros meses de 1938 fue alistado y destinado a la 35 Brigada Internacional donde estuvo luchando en varios frentes.  Con la derrota republicana Joaquín ve vio forzado a exiliarse a Francia, camino que también siguieron sus hermanos, Gregorio y Eloísa. Tuvieron contacto durante aquellos meses en que Joaquín estuvo interno en Saint Cyprien y en Barcarés. Gregorio pudo salir hacia México y Eloísa fue  devuelta a España por las autoridades francesas a finales de 1939. Joaquín se alistó en la Compañía de Trabajadores Extranjeros 108, siendo destinado a realizar trabajos en la línea Maginot hasta su detención por los alemanes en mayo de 1940. 

Como prisionero de guerra, fue trasladado al frontstalag 140 (Belfort), lugar de reencuentro con su amigo Boix.   Meses más tarde, el 10 de enero de 1941, un grupo de republicanos, entre los que se hallaba Joaquín, fueron trasladados al stalag XI A y el 24 de abril de 1941 emprendieron el camino que les llevó al campo de Mauthausen donde llegaron en la fría mañana del 26 de abril. A Joaquín le fue adjudicada la matrícula 3191 y su estancia en el campo central se prolongó medio año. Durante esos meses volvió a contactar con Boix, que había llegado el 27 de enero y también con otros compañeros y conocidos de Barcelona, lo cual le ayudó a superar, en parte, los temores que le embargaban desde su llegada al campo.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                     

En noviembre de 1941 fue trasladado al campo de Gusen, donde fue destinado al cuidado de las ropas y posteriormente en la cantera. Según le explicó a Montserrat Roig, "fue en Gusen donde conoció el verdadero horror de los campos. Se encontró entre la minoría de supervivientes españoles, sin ahorrarse periodos de debilidad extrema. Recuerda que fue la ayuda del madrileño Manuel García Barrado (alias Bernardo Pérez) el que lo salvó de morir en Gusen: un verdadero matadero de los deportados republicanos". El 18 de marzo de 1945 fue devuelto al campo central donde se le asignó una nueva matrícula, la 47209. Un nuevo destino mejor, que los que había tenido hasta entonces le permitió llegar a mayo de 1945 y vivir la alegría de la liberación del campo. Una alegría mitigada por el recuerdo de los compañeros y camaradas que se quedaron por el camino.

De regreso a Francia, se instaló en París, donde pudo rehacer su vida. Con su hermano Gregorio no se volvió a ver hasta pasados siete años de su separación cuando éste regresó de América. Joaquín continuó la estrecha amistad con Boix y, tras su muerte, se hizo cargo de sus pertenencias entre las que cabe destacar la importante colección de negativos fotográficos de la época del internamiento y de la liberación, que confió posteriormente a Montserrat Roig cuando estaba escribiendo su libro sobre la experiencia los catalanes en los campos nazis, fotografías que hoy se hallan depositadas en el Museu d'Història de Catalunya.

Una de las últimas veces en que Joaquín regresó a Barcelona fue para participar en el homenaje organizado por la Generalitat de Cataluña en noviembre de 2005, pero su delicada salud le impidió asistir al homenaje que el gobierno de Aragón realizó en mayo de 2010 a los deportados aragoneses. Falleció en la localidad francesa de Fontenay-sous-Bois el 5 de marzo de 2012